Capítulo 1
“Escuchen eso?” pregunto Amanda a sus amigos.
“Cual?”
“¿La música, la escuchen?”
“Pues sí, claro,” respondió a sus amigos, mirando a Amanda si fuera media rara. Cada año se escucha la música de carnaval desde La Maya, a pesar de la distancia a Santiago. Es el festival más grande de Cuba; la fiesta más grande de Cuba.
“Claro que la escuchamos, y vamos tan pronto que llegan los demás,” declaro un amigo.
“No. No el Casino y la Salsa, la otra música,” dijo Amanda.
“Reggaetón?”
“No, permission to dance, viene de aquel lado,” y Amanda punto al cerrito al lado contrario de Santiago, al lado de la carretera que lleva los turistas a las playas de Baracoa. El Cerrito que ya se pareció bronceado por el atardecer.
“Permission to dance, que significa eso?” pregunto un amigo.
“Permiso para bailar.”
“Permiso para bailar, que locura es eso Amandita? no necesitamos permiso para bailar, ¡¡¡somos cubanos!!!”
“Gente de Zoooooona,” se gritaron.
A Amanda le encanto la energía, los chistes, la compañía y solidaridad de sus amigos, y ha disfrutado las fiestas, dentro y fuera del salón, con ellos desde pequeños. Siempre la hicieron reír a pesar de lo que estaba pasando.
“Amanda, vienes?” la pidieron, a punto de abordar el autobús a Santiago.
“Si, ven Amanda, ven a festejar con nosotros, ¡por fis!”
Pero Amanda no pudo. Quizás fue los examines, las clases extras, la falta de sueño o la presión de mantener sus altos resultados, pero no estaba del humor de bailar y festejar por toda la noche. Además, no pudo quitar de su mente como y porque ella escucho la música de BTS entre la música del carnaval.
“No gracias, nos vemos mañana chicos. Chaito,”
“Mañana? No creo…” y parto el autobús a la fiesta más grande de Cuba.
Capítulo 2
Amanda despertó con muchas preguntas.
No hizo ningún sentido escuchar la música de BTS entre la música del carnaval, y de la nada.
¿Y porque la música solo se revelo a ella?
Checo su teléfono. Todos los demás estaban dormidos o festejando, y no pudieron ayudar con esta rompecabeza.
Necesito café, decidió. Mientras preparar el café, Amanda vio una nota sobre la mesa. Un papel doblado. Se lo abrió y vio un mensaje.
What you seek is very important Amanda. A treasure more valuable than gold. A treasure found through fruits, friends and festivals.
¿Que?
Escrito en inglés. ¡Que tortura!
Nunca voy a resolver este problema.
Amanda regreso a acostar. Era demasiado. Música de la nada, notas en inglés. He de ser una pesadilla. Si, es una pesadilla nada más. Si me pongo a dormir, habrá terminado la pesadilla al despertar.
Pero ella no pudo dormir y tiro y giro en el calor de la mañana hasta que se levantó para tomar un vaso de agua. Cuando subió el vaso, vio otra nota sobre la mesa, al lado de la nota en inglés. Esta nota también estaba llena de palabras, pero escritos en lápiz, pintura y crayón de muchos colores y con letras grandes y pequeñas.
Lo que buscas es muy importante Amanda. Un Tesoro más valioso que el oro. Un tesoro descubierto atreves de fruta, amigos y festivales.
¿Que?
¿Qué significa todo eso?
Tesoro, fruta, amigos, oro. ¿Nadie tenía sentido – y más de nada, quien escribió la nota en inglés?
En este momento, Luis Manuel entro a la sala. Llevo unos carros en sus manos, que estaban cubiertas con crayón, colores y pintura.
Sonrió y dijo a Amanda,
“¿Un besito?”
Capítulo 3
Un tesoro más valioso que el oro.
¿Qué puede ser?
No sé qué es, pero sé que lo quiero tener, sabia Amanda. Las respuestas a sus preguntas aparentemente se quedaron dentro de fruta, amigos y festivales, y no estaban dentro de su casa.
Entonces, Amanda salió a pasear, esperando que una caminata le ayudaría a aclarar a su mente y conseguir respuestas a todas las preguntas nadando en círculos por su cabeza. Buscaría las respuestas en las calles de La Maya.
Paso por su escuela y unas tiendas, y por la esquina vio un viejito vendiendo la merienda. El viejito se pareció amable y Amanda tenía un poco de hambre, así que compro fresas para alimentar a su cerebro.
Continuo con su paseo mientras disfruto el sabor de las fresas en el calor famoso de La Maya, y se dio cuenta porque se llama Rincón Caliente. Paso por las casas de sus amigos y pensó en visitarles antes de recordar que todos estaban dormidos o aun festejando.
A la próxima esquina vio otro viejito vendiendo merienda y le ofreció frambuesa.
“Son muy ricas,” le prometo.
“Muy, muy ricas y sanas.”
Probablemente tenía razón, pero lo que Amanda antojo ahorita era agua fresca para sobrevivir el calor y humidad incesante, que le hizo sudar y cansar. Me tengo que sentar y descansar. Cansada y confundida, Amanda andaba hacia Parque José Martí. Se sentó y miro a las familias escapando del calor, los niños jugando, y los pájaros buscando su propio tesoro entre los árboles. La escena era placenta y ayudo en quitar de su mente la búsqueda por un tesoro más valioso que el oro.
Un viejito empujo su carrito hacia Amanda y ella vio unas botellas de agua fresca. Ay, que salvavida. Compro una botella y el viejito la miro con ojos sabios, llenos de la sabiduría de todos sus años.
“Toma la zarzamora mi niña.”
“Ay, no gracias señor, muy amable pero no gracias.”
“Si, tómala, gratis,” le dijo, “hay que alimentarse con comida sana y gente sana en el viaje de la vida mi niña, para fortalecerse por cualquier desafío, y nunca jamás sabes el tesoro que encontraras.”
Y con eso desapareció – a la nada.
La zarzamora sabio rica como prometió el viejito, y con el agua fresca mejoro su humor y activo algo en su mente. Regreso a la rompecabeza y pensó en lo que había pasado desde que salió de la casa, y especialmente en las palabras sabias del viejito.
Comida sana y gente sana, tesoro, desafío…
Gente sana – pues, familia, amigos…
Comida sana – fresa, frambuesa, zarzamora, todas frutas.
Fruta
Fruit, friends and festivals.
Si, claro
¿Pero cuál es la conexión entré fruta y amigos?
Amiga, fresa, frambuesa, zarzamora.
Si, eso es, zarzamora – mora, Elizabeth, y Amanda sabía lo que tenía que hacer.